Amenaza de hasta 10 años de prisión por robo de energía disminuyó pérdidas.
Las pérdidas en la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) han mostrado una tendencia a la baja, según el gerente comercial de la institución, Ing. Hugo Rolón. Este avance se atribuye a la reciente legislación que penaliza el robo de energía eléctrica.
Las cifras divulgadas por la ANDE revelan que las pérdidas totales cerraron en 28,5% en 2023, y se ha registrado una disminución notable en lo que va del presente año, situándose por debajo del 28%. Este descenso se relaciona directamente con la promulgación de la Ley 7.300 en julio, la cual ha desincentivado robos de energía, especialmente en sectores como la criptominería, que han sido tradicionalmente problemáticos en términos de consumo ilegal de electricidad.
El gerente comercial destacó el compromiso de la ANDE por regularizar la situación en el departamento de Caaguazú, donde se realizó una operación entre el 14 y el 18 de octubre. Durante estas intervenciones, se desconectaron numerosas conexiones directas y se regularizaron varios suministros. Rolón afirmó que «los lugares donde teníamos fuertes sospechas de actividades ilegales han desaparecido», aunque se mantiene un monitoreo continuo a nivel nacional.
Durante la semana pasada, la ANDE llevó a cabo un total de 1.005 verificaciones en suministros de baja tensión y 63 en media tensión. Además, se retiraron 321 conexiones directas y se intervino en 26 suministros, junto a 772 cortes de servicio por falta de pago. También se regularizaron 225 suministros, lo que demuestra un esfuerzo continuo por parte de la entidad estatal para hacer frente a la morosidad y al robo de electricidad.
El gerente comercial resaltó que estos operativos son solo una parte de un enfoque más amplio. En una reunión reciente, se reafirmó el compromiso de la ANDE por reducir las pérdidas eléctricas y la morosidad, con el objetivo de mejorar los ingresos económicos de la institución. Esto permitirá a la ANDE contar con mayores recursos para seguir modernizando y optimizando el sistema de distribución eléctrica en el país.
Rolón también compartió detalles sobre el Plan Maestro de Reducción de Pérdidas, en el cual la ANDE ha estado trabajando. Este plan, cuyo borrador ya ha sido presentado, implica inversiones significativas para modernizar la infraestructura eléctrica y mejorar el control sobre el uso de energía. Según Rolón, «una vez que hagamos los ajustes necesarios, sacaremos un plan definitivo para el control y la reducción de pérdidas».
La ANDE se enfrenta, por tanto, a un desafío crucial en un contexto donde el consumo de energía y la inversión en infraestructura eléctrica son cada vez más importantes. La implementación de medidas efectivas para reducir los robos de energía y, al mismo tiempo, mejorar la calidad del servicio, se ha convertido en una prioridad estatal. Las estadísticas de pérdidas contrastan con la necesidad de asegurar un suministro confiable y sostenible para los ciudadanos.
Los esfuerzos de la ANDE llegan en un momento en que la percepción pública acerca de la calidad del servicio eléctrico es fundamental, y las medidas adoptadas serán esenciales para fortalecer la confianza de los usuarios en la institución. La reducción del robo de energía no solo tiene un impacto financiero, sino que también contribuye a la sostenibilidad del sistema eléctrico.