Apagón eléctrico afecta a 15 distritos de Ñeembucú en día más caluroso.
Un fallo en una línea de transmisión interrumpió el suministro eléctrico en 15 distritos de Ñeembucú, generando caos y pérdidas económicas en un día de altas temperaturas.
El corte de electricidad se registró a las 11:24 de este miércoles 23 de octubre, cuando, según fuentes de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), una falla en las líneas de transmisión provenientes de la ciudad de Ayolas afectó gravemente a la región. La situación fue especialmente crítica dado que se trataba de uno de los días más calurosos del mes, lo que acentuó la crisis sufrida por hogares y comercios que dependen de energía eléctrica para conservar alimentos y operar adecuadamente.
La ANDE indicó que están investigando la causa del problema. Fuentes internas mencionaron que existen indicios que sugieren que la interrupción podría estar vinculada a una gran quemazón en la zona. Este diagnóstico ha generado preocupación entre los pobladores, quienes enfrentan la realidad de un servicio eléctrico inestable que se convierte en un factor de riesgo en tiempos de calor intenso.
Los comerciantes locales no tardaron en expresar su descontento ante esta situación. Mariza Cabral, una vendedora de la localidad de Gral. Díaz, manifestó que la interrupción del servicio no es un hecho aislado. “Es un problema de cada día. Los cortes intermitentes nos perjudican, tenemos muchos productos que podemos perder por falta de energía, y no le debemos nada a la ANDE”, subrayó. Esta situación pone en jaque la viabilidad de muchos pequeños negocios que dependen de la electricidad tanto para la conservación de alimentos como para el funcionamiento de equipos básicos.
La preocupación entre los comerciantes no solo se relaciona con la pérdida de productos que requieren refrigeración, sino también con la incapacidad de atender a los clientes. Muchos de ellos han tenido que invertir en generadores eléctricos para mitigar las consecuencias de estos cortes, pero no todas las pequeñas empresas cuentan con los recursos necesarios para hacerlo, lo que agrava la situación económica del área.
Además, la falta de electricidad ha impactado en el funcionamiento de servicios esenciales. Se han reportado problemas en el tráfico vehicular, ya que los semáforos no están funcionando, aumentando el riesgo de accidentes en una zona donde la aglomeración de vehículos es habitual. La falta de iluminación pública al caer la noche también genera un ambiente de inseguridad que preocupa a los residentes.
La ANDE, por su parte, ha señalado que se están haciendo los esfuerzos pertinentes para restaurar el servicio lo más pronto posible. Sin embargo, los plazos no son claros y la incertidumbre agrava aún más la situación, creando un creciente descontento en la población afectada. La empresa está bajo presión para resolver la crisis, especialmente considerando que se trata de una época del año donde las temperaturas elevadas son la norma y la demanda de energía se incrementa.
El panorama en Ñeembucú es representativo de un problema más amplio que aqueja al sistema eléctrico del país. Las comunidades locales han demandado desde hace tiempo una mejora en la infraestructura y un servicio más confiable. Críticas a la gestión de la ANDE han sido recurrentes, y la falta de respuestas efectivas ante situaciones de crisis como la actual solo alimenta la frustración entre los ciudadanos.
La situación actual pone en evidencia la necesidad urgente de que tanto las autoridades como la ANDE reconsideren las estrategias de mantenimiento y mejora de la infraestructura eléctrica. Es fundamental tomar medidas preventivas que garantizan un servicio más estable, especialmente en regiones vulnerables como Ñeembucú, donde un simple corte de energía puede tener consecuencias devastadoras para las familias y el comercio local.
En conclusión, la crisis eléctrica en Ñeembucú subraya la importancia de un servicio eléctrico confiable en el desarrollo de las comunidades y la economía local. La respuesta de la ANDE en las próximas horas será crucial no solo para la recuperación del suministro eléctrico, sino también para recuperar la confianza de los habitantes en un sistema que, en momentos críticos, parece fallar con demasiada frecuencia. La comunidad espera acciones concretas y soluciones a largo plazo para no volver a enfrentar situaciones similares en el futuro.