Cirugía en pacientes con enfermedad de Parkinson mejora calidad de vida e independencia.
Una innovadora cirugía realizada en Paraguay promete mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedad de Parkinson, a través de un procedimiento de estimulación cerebral profunda. Esta técnica, ya empleada en otros países, ha sido implementada recientemente en el Instituto de Previsión Social (IPS).
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico progresivo que afecta el control del movimiento y, con el tiempo, puede llevar al paciente a depender de otros para actividades cotidianas. “Cuando se pierden estas células que producen la dopamina, se inician tratamientos medicamentosos. Sin embargo, con el tiempo, el cuerpo del paciente va reconociendo el medicamento sintético, volviendo a empeorar”, explicó un neurocirujano durante una presentación en el programa Vivir Mejor.
Los síntomas de esta afección no solo afectan la capacidad de moverse, sino que también impactan profundamente la vida diaria de los pacientes. En casos avanzados, pueden necesitar asistencia para alimentarse y realizar tareas básicas, como el aseo personal. Esto genera, además, un temor de los pacientes a salir de sus casas, debido a la rigidez y otros síntomas que pueden presentarse en el camino.
El tratamiento quirúrgico para el Parkinson es considerado como paliativo, ya que no existe una cura definitiva para la enfermedad. A pesar de que hay factores genéticos que pueden influir en su desarrollo, la pérdida de la actividad laboral y otros síntomas físicos suelen ser una constante para quienes la padecen. En ese contexto, el neurocirujano resaltó que, aunque la estimulación cerebral se realiza en el mundo desde hace más de 50 años, su implementación en Paraguay es un avance significativo, ya que ahora se cuenta con la tecnología adecuada.
El procedimiento consiste en la inserción de pequeños electrodos en diferentes áreas del cerebro, que se conectan a un generador de pulso ubicado en la parte superior del tórax. Este a través de un estímulo eléctrico, busca mejorar la motricidad del paciente. “La operación se realiza bajo un esquema de anestesia local en la primera etapa. Una vez que los electrodos están en su lugar, se evalúa la respuesta del paciente a la estimulación”, agregó el profesional.
La cirugía se lleva a cabo en dos etapas. En la primera, se introducen los electrodos bajo la piel, y posteriormente, se procede a una anestesia general para implantar el generador en el tórax. Este dispositivo actúa similar a un marcapasos, enviando impulsos eléctricos al cerebro. «Los dispositivos biomédicos tienen una baja probabilidad de provocar reacciones adversas; aunque está documentado, no es una ocurrencia frecuente”, aclaró el doctor Servín.
El primer paciente que se benefició de este tratamiento en el IPS tiene 67 años y ha estado lidiando con la enfermedad desde hace 12 años. El neurocirujano confirmó que la mejora en su condición ha sido notable. A partir de este procedimiento, se espera que muchos más pacientes puedan acceder a un tratamiento que, aunque no cura, brinda la posibilidad de recuperar parte de los movimientos y la autonomía.
Con este avance, Paraguay se alinea con las mejores prácticas internacionales en el tratamiento del Parkinson, lo que abre una puerta a la esperanza de muchas personas que sufrían limitaciones severas en su vida diaria. Las autoridades de salud y los profesionales destacados del IPS afirman que seguirán trabajando para integrar nuevas técnicas y tecnologías que beneficien a la población.