Día Mundial de la Alimentación: situación actual de los niños en escuelas.
Hoy se conmemora en todo el mundo el Día Mundial de la Alimentación, una fecha que resalta la importancia de la seguridad alimentaria. En Paraguay, la situación alimentaria infantil es alarmante.
Durante el año 2023, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha destacado la preocupación por la crisis alimentaria global. Iván Felipe León Ayala, representante de la FAO en Paraguay, informó que cerca de 733 millones de personas sufrieron hambre en 2023, lo que representa una de cada 11 personas en el planeta. Esta cifra es un llamado urgente a la acción, especialmente en un país donde la nutrición infantil se ve comprometida por diversas razones.
Los datos recopilados en el sistema educativo paraguayo indican que aproximadamente el 6,9% de los estudiantes presenta un riesgo de desnutrición. Esto significa que, de cada 100 escolares, casi 7 no reciben la alimentación adecuada que les permita desarrollar su potencial completo. Este problema es particularmente grave, ya que la desnutrición puede tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo físico y cognitivo de los niños, poniendo en duda su futuro y calidad de vida.
Un estudio realizado sobre la situación nutricional de los niños y adolescentes escolares ha revelado cifras preocupantes. De una muestra de 13.201 niños analizados, 162 padecen desnutrición y 909 están en riesgo inminente. El hecho de que estos números se encuentren en un país con abundantes recursos agrícolas es alarmante y sugiere deficiencias en la distribución y acceso a alimentos nutritivos.
Un aspecto que llama la atención es que los niños y adolescentes varones presentan tasas de desnutrición y riesgo más elevadas que las mujeres en este contexto. Por edades, los grupos de niños entre 10 y 14 años son los que muestran los porcentajes más altos de desnutrición y riesgo. Esto indica la necesidad de implementar programas específicos que atiendan las necesidades nutricionales de esta franja etaria.
Ante este panorama, es esencial que se establezcan políticas públicas que promuevan un acceso equitativo y sostenible a alimentos saludables. La educación alimentaria en las escuelas también debe reforzarse, enseñando a niños y adolescentes sobre la importancia de una alimentación balanceada y la adopción de hábitos saludables.
La comunidad internacional también debe involucrarse en la lucha contra la desnutrición y la inseguridad alimentaria. La colaboración entre países y organizaciones puede facilitar recursos y estrategias que contribuyan a mejorar la alimentación y la nutrición global.
En esta fecha de reflexión, es fundamental recordar que la lucha contra el hambre y la promoción de una alimentación saludable no es solo responsabilidad de los gobiernos, sino de cada uno de nosotros. Consciencia, educación y acción son claves en este esfuerzo por garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras.
