Diputado de la ANR califica a la «comisión garrote» como yacaré pechoichá.

Un senador de la oposición denuncia abusos de poder en el contexto político actual

En medio de un ambiente político convulso, el senador de la oposición Dionisio Amarilla ha alzado la voz para cuestionar las acciones del gobierno de Santiago Peña y la supuesta persecución política contra aquellos que se oponen al oficialismo.

Amarilla ha caracterizado la situación como un “hastío” de la ciudadanía, subrayando la impotencia que siente el pueblo frente al desapego de ciertos sectores políticos que, en su opinión, imponen sus “caprichos” a través de leyes desmesuradas. La crítica se enfoca especialmente en la implementación de lo que él califica como una “ley garrote”, que según sus palabras, atenta contra los derechos de la sociedad civil y las libertades públicas, con el objetivo de silenciar voces disidentes.

El senador no ha escatimado en señalar que muchas organizaciones no gubernamentales parecen estar alineadas con el objetivo de desestabilizar al Partido Colorado, lo cual, según él, no justifica la represión y la persecución. Amarilla ha instado a las fuerzas opositoras a no dejarse amedrentar y a aprovechar la libertad que aún existe para denunciar estos abusos. “Debemos advertir a la ciudadanía sobre las consecuencias de actos autoritarios que se vienen cometiendo desde el primer día de gobierno”, manifestó.

Sobre la actual mayoría absoluta del Partido Colorado en el Congreso, Amarilla ha expresado su escepticismo respecto a la legitimidad del gobierno de Peña. Considera que su ascenso al poder no fue un proceso espontáneo, sino un resultado de maniobras intrincadas que deslegitiman aún más su gestión. “No podemos creer que haya llegado ahí solo; de hecho, no debió estar ni un día más en el cargo”, subrayó, sugiriendo que la única salida viable sería actuar para forzar su dimisión.

En el contexto de la actual crisis política, el senador ha sostenido que el movimiento oficialista ha comenzado a invadir instituciones civiles, lo que pone en riesgo la democracia y el equilibrio de poderes del país. Al respecto, ha citado el caso de la expulsión de la senadora Kattya González, una acción que consideró un claro abuso de autoridad. Además, mencionó la situación del ex presidente Mario Abdo Benítez, quien continúa enfrentando un juicio con acusaciones de corrupción.

“Estos atropellos son un reflejo del autoritarismo que pretenden imponer. El ataque a las organizaciones civiles es una estrategia calculada” afirmó Amarilla. A su juicio, el siguiente paso de esta estrategia incluiría, inevitablemente, un ataque a los medios de comunicación, siguiendo el patrón de otros gobiernos autoritarios en la región, como los de Nicaragua y Venezuela.

Se esperaría que el presidente Peña vetara la “ley garrote”, sin embargo, Amarilla se muestra escéptico y sostiene que el senador Basilio Núñez, portavoz del oficialismo, ha dejado claro que esta legislación pasará. Esto, a su juicio, revela una decisión ya tomada en los círculos de poder locales, lo que pone en entredicho la independencia de las instituciones democráticas.

Con miras a las próximas elecciones municipales, Amarilla ha reconocido que su partido se está reestructurando para hacer frente al desafío del oficialismo. La deserción de varios miembros del movimiento Añetete es una preocupación latente, aunque el senador mantiene la esperanza de que el electorado se manifestará en contra de la traición que han demostrado algunos de sus antiguos correligionarios.

Por último, el senador se ha mostrado optimista respecto a la capacidad de la oposición para articularse ante el creciente autoritarismo. Mencionó que, a pesar de los desafíos, las libertades públicas todavía están vigentes y el pueblo tiene la fortaleza para rechazar cualquier intento de coartar sus derechos. “La historia nos indica que el pueblo sabe distinguir entre quienes son leales a sus principios y quienes traicionan”, concluyó.

Dionisio Amarilla concluye así un llamado a la acción, instando no solo a su partido, sino a toda la ciudadanía, a mantenerse alerta y comprometida en la defensa de la democracia en Paraguay. En medio de un panorama incierto y lleno de desafíos, su mensaje es claro: la defensa de las libertades públicas y la lucha contra el autoritarismo no puede darse por perdida.