“El mercado de Abasto está cerrando” alerta preocupada de los comerciantes.

Los productores nacionales de tomate enfrentan serias dificultades en el mercado, mientras el contrabando sigue afectando la competitividad y la economía local. La situación genera preocupación entre los representantes del sector.

Durante una reciente reunión en el Congreso, se abordó la crisis que vive el Mercado Central de Abasto, que ha visto disminuida su capacidad de operación debido a la falta de apoyo gubernamental y la irrupción del contrabando. Los productores han manifestado su descontento, señalando que los supermercados han dejado de trabajar con ellos, eligiendo importar productos directamente y centralizar las ventas. Esto ha derivado en una crisis para aquellos que dependen de la comercialización local.

Uno de los productores expresó su frustración, afirmando que los intermediarios, a quienes considera mal llamados, están desapareciendo del mercado. En su lugar, los clientes se han desplazado hacia despensas y autoservicios. La falta de trazabilidad de los productos también se ha vuelto un tema candente. «¿Cuánto es el consumo? ¿Qué productos están circulando realmente?», cuestionó, destacando la dificultad de rastrear desde la producción hasta el punto de entrega, lo que ha llevado a una cadena de irregularidades en la documentación.

Un aspecto que preocupa a los productores es la incapacidad del gobierno para identificar y erradicar productos de contrabando, aun cuando se encuentran dentro de cajas que aparentan ser de producción nacional. Señaló que a pesar de las leyes existentes, no ha habido condenas significativas, lo que perpetúa la impunidad dentro del sector. Criticó, además, que la falta de información clara afecta a todos los participantes del mercado, desde el productor hasta el consumidor.

La situación se vuelve aún más compleja cuando algunos funcionarios del gobierno ofrecen declaraciones contradictorias. En una reunión reciente a nivel ministerial, se discutió sobre la supuesta «superproducción de tomate», mientras que otros productores confirmaron que el contrabando seguía afectando la oferta del mercado. Las incongruencias entre las declaraciones oficiales y la experiencia de los productores genera desconfianza y confusión en el sector.

La lucha contra el contrabando debe ser una tarea compartida, según los productores, quien afirman que es necesario un esfuerzo conjunto entre comerciantes, importadores y el Ministerio de Agricultura. Aseguran que un trabajo colaborativo es crítico para erradicar las malas prácticas que afectan la producción local. En este sentido, han solicitado una mayor involucración del gobierno y las entidades de control para abordar el problema de manera efectiva.

El programa «Hambre Cero» del gobierno ha sido objeto de críticas, ya que excluye a los productores locales de la cadena de abastecimiento. Los representantes del Mercado Central de Abasto han señalado que no han sido considerados entre los proveedores del programa, que parece más estar influenciado por intereses políticos que por la necesidad de apoyar la producción nacional. Esto ha llevado a un sentimiento de abandono entre los productores.

Se multiplican las voces de protesta en el sector, y algunos productores no descartan medidas más drásticas, como cerrar los accesos a las calles principales de la capital para ser escuchados. Los líderes del sector continúan apelando a la sensibilidad social de los políticos, pero sienten que sus demandas no están siendo atendidas de manera adecuada. La situación exige atención inmediata, no solo para los productores de tomate, sino también para la economía nacional en su conjunto.

Este panorama plantea un reto significativo para las autoridades nacionales, que deberán actuar con rapidez y decisión para salvaguardar la producción local y enfrentar la creciente ola de contrabando que amenaza a un sector clave para la seguridad alimentaria del país. Las decisiones que se tomen en los próximos días serán cruciales para la supervivencia del Mercado Central de Abasto y de los productores nacionales que dependen de este vital espacio de comercialización.