El turismo costarricense se mantiene firme ante el narcotráfico.

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El narcotráfico amenaza el auge turístico de Costa Rica

El reciente auge turístico de Costa Rica se ve amenazado por el alarmante crecimiento del narcotráfico en el país, una situación que preocupa profundamente a empresarios y autoridades.

El 15 de septiembre, mientras celebraba el Día de la Independencia, un copropietario de un negocio familiar en Nueva York se desayunaba en su hotel en Costa Rica y, ante la lectura de un artículo del New York Times sobre la expansión de las bandas criminales en lugares turísticos, su ansiedad lo llevó a contactar a otros operadores del sector. A pesar de sus preocupaciones, se reportó que las reservas se mantenían estables, lo que indica una fe inquebrantable en la capacidad del sector turístico para superar esta crisis. “Confío en que este año podamos alcanzar las metas de visitantes proyectadas”, expresó el empresario, quien prefirió mantener su identidad bajo reserva.

El artículo titulado "Cómo un paraíso turístico se convirtió en un imán para el narcotráfico" resuena en la mente de muchos en el sector. A pesar de que estas preocupaciones no son nuevas, la atención internacional sobre el problema reaviva los temores de un impacto en la industria turística. El sector, vital para la economía del país, representa más del 8% del PIB y ofrece casi uno de cada diez empleos. Muchos líderes del sector consideran que el atractivo natural del país puede, al menos por el momento, contrarrestar las advertencias sobre seguridad.

La disonancia entre el crecimiento esperado del turismo y la realidad del narcotráfico es palpable. El hotelero del norte del Pacífico, que prefirió no ser identificado, comentó que muchos turistas aún eligen Costa Rica atraídos por sus paisajes naturales, aunque la amenaza del crimen organizado se cierne sobre esta imagen de idilio. La preocupación por la seguridad es real, y aunque muchos operan con un enfoque optimista, hay un consenso en que se deben implementar medidas proactivas. “La seguridad es nuestra principal preocupación. Necesitamos del gobierno una estrategia clara para abordar el problema”, afirmó Shirley Calvo, directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur).

El estado de la seguridad en Costa Rica ha empeorado drásticamente en los últimos años, alcanzando en 2023 la tasa de homicidios más alta en la historia del país, con 17,2 por cada 100,000 habitantes. Los incidentes violentos han dejado de ser aislados y ahora son frecuentes, incluso en áreas que años atrás eran consideradas seguras. Con la lucha entre bandas del narcotráfico desbordando los límites de lo aceptable, el gobierno, liderado por Rodrigo Chaves, se enfrenta a una creciente presión para encontrar soluciones efectivas.

Informes de inteligencia de Estados Unidos han catalogado a Costa Rica como un significativo país reexportador de cocaína. Aunque el gobierno ha implementado controles más estrictos en los puertos, los narcotraficantes se las ingenian para utilizar rutas menos vigiladas, incluida la selva tropical. El ministro de Medio Ambiente, Franz Tattenbach, ha identificado incluso que bandas criminales están comprando terrenos cerca de áreas protegidas para utilizarlos como bases de operación. La falta de recursos en las fuerzas del orden y la corrupción son obstáculos que dificultan la contención del tráfico de drogas.

A pesar de la gravedad de la situación, los empresarios turísticos siguen apostando por la reputación de Costa Rica como un destino seguro y amigable. Muchos están tomando medidas para salvaguardar a sus huéspedes, como recomendar a los turistas que se mantengan dentro de las instalaciones de los hoteles durante la noche, sin mencionar abiertamente los riesgos asociados. “Nuestra responsabilidad es asegurarnos de que los visitantes se sientan seguros y disfruten de su estancia aquí”, explicó Calvo. Sin embargo, algunos trabajadores locales no ocultan el conocimiento sobre la relación entre el narcotráfico y el turismo.

Costa Rica sigue siendo un destino atractivo para celebridades internacionales, animando a los empresarios a confiar en que la imagen positiva del país puede superar la nube de preocupación que rodea la seguridad. La presencia de figuras como Kevin Hart, Shakira y las Kardashian ha generado una publicidad invaluable para el país, aun cuando las sombras del narcotráfico continúan acechando. Sin embargo, al ratificar su confianza en la fortaleza del sector, los empresarios turísticos también expresan la inquietante realidad de estar viviendo en un estado de alerta constante, donde los titulares sobre el crimen pueden fácilmente eclipsar el paraíso natural del que se enorgullece Costa Rica.

El desafío ahora es consolidar una respuesta a esta situación, que no solo asegure la seguridad de los turistas, sino que también refuerce la necesidad de un diálogo claro y sincero entre el gobierno, la comunidad y los empresarios. La esperanza radica en que Costa Rica pueda continuar atrayendo visitantes mientras enfrenta y combate las crecientes amenazas del narcotráfico en su territorio.


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