Forense examina a Tío Rico para evaluar su estado de salud actual.
Un médico forense de la Corte Suprema de Justicia visitó el Hospital Regional de Ciudad del Este para evaluar la salud de Miguel Ángel Insfrán Galeano, conocido como Tío Rico, un destacado narcotraficante.
Tío Rico fue arrestado a comienzos del año pasado en Río de Janeiro, Brasil, y posteriormente extraditado a Paraguay. Su proceso judicial involucra graves acusaciones de tráfico de drogas, lavado de dinero y pertenencia a una asociación criminal que, según las autoridades, tiene ramificaciones internacionales. Desde su extradición, Insfrán ha estado en el ojo del huracán, no solo por los delitos que se le imputan, sino también por las condiciones de su reclusión.
Desde finales de agosto de 2024, Tío Rico se encuentra recluido en la penitenciaría de máxima seguridad de Minga Guazú, un lugar conocido por albergar a peligrosos delincuentes. Su traslado desde el penal militar de Viñas Cue a esta nueva instalación se debió a la gravedad de los delitos que se le atribuyen, así como a la amenaza potencial que representa para la seguridad pública. Sin embargo, a pesar de las medidas de seguridad, su situación de salud ha suscitado preocupación tanto en familiares como en sus defensores legales.
«La situación en el penal de Minga Guazú es infrahumana», expresaron sus abogados, quienes denunciaron que Tío Rico vive en condiciones deplorables. Según los defensores, el narcotraficante no recibe una alimentación adecuada, lo que ha contribuido al deterioro de su salud. También se ha señalado que no se le proporciona la atención médica necesaria, lo que ha generado un clima de angustia entre aquellos que siguen de cerca su caso.
La evaluación médica realizada por el forense es un paso necesario dada la atención mediática que ha rodeado a Tío Rico. La inquietud por su estado de salud ha crecido, especialmente porque su caso ha captado el interés del público y de las autoridades. Los informes indican que su traslado al hospital se dio tras una urgencia médica que requería atención especializada.
En este contexto, los derechos humanos de los reclusos han vuelto a ser un tema de debate. Las condiciones de las prisiones en Paraguay han sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional. Organizaciones de derechos humanos han levantado la voz frente a estas situaciones, instando a las autoridades a garantizar un trato digno a todos los internos, independientemente de la gravedad de sus delitos. Esto plantea interrogantes sobre cómo el sistema penitenciario maneja a los reclusos que, como Tío Rico, son considerados de alto perfil.
La salud de los prisioneros, especialmente la de aquellos involucrados en actividades delictivas de tal magnitud, es una preocupación que requiere atención. La falta de atención adecuada no solo afecta a los individuos, sino que también plantea un desafío para la justicia. Si un prisionero se encuentra en condiciones que ponen en riesgo su vida, esto podría influir en los procesos legales y en la percepción pública sobre el sistema penitenciario.
A medida que el caso de Tío Rico sigue desarrollándose, las autoridades y la sociedad civil se enfrentan a la difícil tarea de equilibrar la justicia y el respeto por los derechos humanos. Aunque su situación es crítica debido a las acusaciones de narcotráfico, la manera en la que se maneje su caso podría sentar un precedente para futuros enfrentamientos entre el sistema judicial y los derechos de los convictos. En este dilema, ciudadanos y expertos continúan observando con atención el desenlace de la salud y la vida de Miguel Ángel Insfrán Galeano.