Irán realiza su ataque más grande contra Israel con misiles.
IRÁN LLEVA A CABO UN HISTÓRICO ATAQUE MISILÍSTICO CONTRA ISRAEL
El martes por la tarde, Irán realizó un ataque sin precedentes al lanzar 200 misiles contra distintas regiones de Israel, marcando uno de los episodios más severos en la historia del conflicto entre ambos países. Las alarmas sonaron en casi todo el territorio israelí, incluyendo las principales ciudades de Jerusalén y Tel Aviv, donde se reportaron impactaciones en zonas ocupadas.
Este ataque, conocido como «Operación Promesa Verdadera 2», es la primera vez que Irán asume la responsabilidad de un bombardeo que logra penetrar las defensas antiaéreas israelíes y alcanzar centros urbanos. El ejército israelí, tras el ataque, estimó que alrededor de 180 proyectiles fueron disparados. Según informes de medios locales, se escucharon explosiones en Jerusalén y un edificio resultó dañado al norte de Tel Aviv. Poco después del ataque, fue restablecido el espacio aéreo y se permitió a los ciudadanos dejar sus refugios.
Desde Teherán, el presidente iraní Masud Pezeshkian advirtió que si Israel opta por represalias, enfrentará una «respuesta devastadora». Esta escalada, en la que ambos países se han estado advirtiendo mutuamente, genera una atmósfera de temor e incertidumbre en la región. El jefe del Estado Mayor israelí, Herzl Halevi, prometió demostrar “capacidades de ataque precisas y sorprendentes”, dejando claro que cualquier futuro acto de agresión por parte de Irán sería respondido de manera contundente.
El recuento de víctimas a primera vista se muestra limitado; sin embargo, se registró la muerte de un palestino debido a la metralla de los misiles en Cisjordania, lo que pone de manifiesto el impacto del conflicto no solo en israelíes, sino también en la población palestina. Mientras tanto, el ejército israelí instó a la población a seguir las directrices de seguridad, enfatizando la importancia de seguir refugiándose inmediatamente al sonar las sirenas.
El ataque ha sido recibido con una respuesta rápida del presidente estadounidense Joe Biden, quien activamente ordenó a las tropas estadounidenses en la región que intervinieran en la defensa de Israel. En un esfuerzo conjunto, dos destructores estadounidenses fueron desplegados en el Mediterráneo oriental, lanzando interceptores para neutralizar los misiles iraníes. Esta intervención marca un nuevo nivel de implicación militar estadounidense en el conflicto, con Biden asegurando que su país estaba plenamente comprometido con la seguridad de Israel.
Las autoridades de Washington han calificado el lanzamiento de misiles por parte de Irán como una «escalada significativa». El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, destacó que el ataque representa un desafío en la dinámica de la crisis regional y afirmó que el Gobierno de Biden está activamente evaluando cómo responder a esta provocación de Teherán. Sin embargo, el Pentágono ha señalado que Irán no advirtió previamente sobre el ataque, lo que también añade tensión a la situación.
Durante el ataque, las fuerzas iraníes identificaron objetivos clave, incluyendo bases aéreas utilizadas por Israel. Según la Guardia Revolucionaria de Irán, el bombardeo era una represalia contra las operaciones israelíes que resultaron en la muerte de líderes de Hamas y Hezbollah. Este contexto justifica, según ellos, su necesidad de fortalecer sus acciones defensivas y ofensivas en el marco del conflicto que ha crecido desde el inicio de las hostilidades en Gaza.
Más allá del impacto militar, el ataque ha suscitado un clima de alerta máxima en Israel, con la Embajada de Estados Unidos emitiendo un aviso para que su personal regrese a casa y permanezca en refugios. Este nivel de preocupación refleja la gravedad del contexto actual, haciendo eco de eventos anteriores en los que la región se ha encontrado al borde de conflictos bíblicos que podrían desencadenar un desbordamiento bélico aún mayor.
Mientras ambos bandos se preparan para eventuales represalias y persisten las amenazas, el futuro del conflicto parece más incierto que nunca, evidenciando que la escalada que comenzó el 7 de octubre ha alcanzado un punto crítico. Los próximos días y semanas podrían ser decisivos en este conflicto, que afecta no solo a las fuerzas en conflicto, sino también a la estabilidad de toda la región del Medio Oriente.