La crisis global de vivienda ahoga a la clase media

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Crisis Global de Vivienda: Un Desafío Urgente en Todas Partes del Mundo

El acceso a la vivienda se ha convertido en un tema crítico a nivel mundial, ya que las ciudades que alguna vez fueron accesibles alcanzan puntos de precios insostenibles. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el periodo entre 2015 y 2024, los precios de la vivienda aumentaron un 54% en Estados Unidos, un 32% en China y cerca de un 15% en la Unión Europea, con incrementos de hasta el 26% en España.

El problema ha sido aún más acuciante en las grandes ciudades, donde algunos alquileres se han duplicado en ese mismo período. Aproximadamente el 9% de la población en los países más industrializados del mundo destina más del 40% de sus ingresos a pagar alquileres. Esta crisis, que afecta a una gran parte del mundo desarrollado, ha emergido como un tema clave en la campaña presidencial de EE. UU. y como una prioridad para el Primer Ministro británico Keir Starmer.

La causa de este fenómeno no tiene una respuesta sencilla y se remonta a políticas adoptadas a finales del siglo XX. Durante esa época, muchos gobiernos occidentales decidieron reducir la construcción de vivienda pública. La llegada de líderes como Ronald Reagan y Margaret Thatcher marcó un giro hacia el liberalismo en Occidente, lo que permitió que la vivienda pública obsoleta se deteriorara y en muchos casos, se demoliera sin ser reemplazada.

Como resultado, muchas ciudades se encontraron con recursos limitados frente a una creciente demanda de vivienda. Marc Roark, profesor de derecho en la Universidad de Tulsa, sostiene que las políticas de austeridad desempeñaron un papel "importante" en el deterioro de edificios, llevando a situaciones de peligrosidad para las familias, como el incendio en la torre Grenfell en Londres. A pesar del auge del mercado inmobiliario a principios del siglo XXI, la falta de oferta de vivienda ha persistido y la crisis de 2008 detuvo por completo la construcción, elevando aún más los precios, especialmente en áreas urbanas.

La falta de acceso a servicios y empleos en ciudades importantes ha agravado la crisis. El crecimiento económico se ha concentrado en unos pocos núcleos metropolitanos, lo que ha conducido a una feroz competencia por el alojamiento y, en consecuencia, a la gentrificación. Sergio Nasarre-Aznar, director de la cátedra de vivienda de la UNESCO en la Universidad Rovira I Virgili de España, afirma que gran parte de la crisis global se debe a la falta de cohesión regional y que el modelo de mega-ciudad, promovido desde los años 2000, ha hecho que se ignore su impacto en los residentes existentes.

Además, la vivienda ha dejado de ser vista como un derecho básico y se ha transformado en una inversión financiera. Christoph Schmid, profesor de derecho económico en la Universidad de Bremen, explica que la especulación inmobiliaria ha favorecido la construcción de apartamentos que generan mayores ganancias, mientras que las viviendas de bajo costo, que son las más necesitadas, han sido desatendidas. Plataformas como Zillow y Redfin han facilitado la adquisición de propiedades por parte de inversores, eliminando la necesidad de su presencia física.

A medida que los precios de la vivienda han aumentado, los ingresos no han crecido al mismo ritmo. En la Unión Europea, el alquiler medio se incrementó en un 20% entre 2010 y 2022, mientras que los precios de compra de viviendas aumentaron hasta un 48%. En Estados Unidos y España, alrededor del 20% de los inquilinos gastan más del 40% de su ingreso en vivienda. Aunque muchos países han creado programas para aumentar la oferta futura de viviendas públicas, su eficacia es cuestionable si no se toman decisiones de planificación regional más inteligentes.

En Estados Unidos, la mezcla de altas tasas de interés y el aumento de precios ha complicado el acceso a la vivienda, especialmente para los compradores de vivienda por primera vez. Aunque las tasas de hipoteca a 30 años han disminuido recientemente, aún se sitúan en niveles altos, lo que excluye a toda una generación de la posibilidad de adquirir su primera casa. Politicos como Kamala Harris han propuesto planes para la construcción de millones de viviendas asequibles, mientras que Donald Trump ha sugerido incentivos fiscales y simplificación de regulaciones para aliviar la crisis.

En España, la situación es igualmente alarmante, con un déficit que requiere la construcción de 600,000 viviendas. La reciente legislación del gobierno español para regular el alza de alquileres intenta mitigar el impacto en las familias de ingresos medianos y bajos. Mientras tanto, en Portugal, el enfoque ha fluctuado entre el control de alquileres y planes de construcción de nuevas viviendas, mientras que Italia lidia con una "emergencia habitacional" que ha generado solicitudes de intervención del gobierno central.

La crisis de vivienda es un fenómeno que trasciende fronteras y afecta a miles de millones de personas en el mundo. Soluciones innovadoras y colaboración entre sectores público y privado son esenciales para abordar este desafío global que sigue siendo una de las principales preocupaciones en las agendas políticas de numerosos países.


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