López Obrador finaliza su mandato con alta aprobación, como Sheinbaum.
Andrés Manuel López Obrador, presidente saliente de México, concluye su mandato con una notable aprobación ciudadana, alcanzando un 77% según la reciente encuesta de Enkoll, realizada para EL PAÍS y W Radio. Este respaldo sostenido marca un contraste significativo con el descontento registrado hacia administraciones anteriores, estableciendo un legado que ha generado tanto admiración como críticas en distintos sectores de la sociedad mexicana.
El próximo 1 de octubre, Claudia Sheinbaum asumirá la presidencia con una aceptación también considerable, alcanzando un 74% de aprobación entre los encuestados. Este indicador sugiere que la transición de poder se dará en un ambiente de estabilidad, posiblemente en parte debido al exitoso manejo de la administración saliente. A pesar de que el 19% de los encuestados desaprueba su llegada, la comparación con otros presidenciables es contundente; Enrique Peña Nieto, por ejemplo, es considerado el peor presidente por el 32% de los encuestados.
El respaldo hacia el gobierno de López Obrador es especialmente fuerte entre sus simpatizantes. Un 90% de los votantes de Morena aprueban su gestión, así como una sorprendente mayoría del 76% entre quienes se identifican con el opositor Partido Acción Nacional (PAN). Esta situación pone de manifiesto la crisis interna que atraviesa el PAN, que se enfrenta a una derrota electoral significativa y necesita urgentemente un nuevo liderazgo para salir de su actual estancamiento político.
La fortaleza del apoyo hacia el presidente saliente no es fortuita, sino que se debe a la sólida estructura de Morena, que controla 27 de los 32 congresos estatales y 24 gubernaturas. No obstante, la percepción de la gestión se diferencia notablemente según el género y la edad, siendo los grupos más jóvenes y las mujeres quienes mayoritariamente apoyan sus políticas, con cifras llegando hasta el 87% entre los mayores de 65 años.
Entre las políticas más valoradas se encuentran los programas de asistencia social, con el 83% de los encuestados opinando que estos han mejorado desde la administración anterior. Las pensiones para adultos mayores y las becas para jovenes son citadas como hitos significativos que han contribuido al bienestar social, reflejando un cambio hacia un modelo de gobierno que prioriza la equidad. Además, las iniciativas como el programa Sembrando Vida han resuena positivamente en la opinión pública.
El legado en infraestructura también ha sido destacado, con un 71% de los encuestados aprobando las obras desarrolladas durante el sexenio, como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas. Sin embargo, aun existiendo aspectos positivos, la administración ha sido criticada por los recortes presupuestales y por la alarmante violencia de género que continúa azotando al país, un fenómeno complicado que requiere atención inmediata por parte de la nueva administración.
En contraste, la seguridad sigue siendo el talón de Aquiles de López Obrador, con un 51% de los encuestados sintiendo que ha habido un retroceso en este tema. La creciente violencia asociada a los cárteles del narcotráfico y los altos índices de homicidios presentan un reto significativo para Sheinbaum, quien heredará una situación crítica en cuanto a la seguridad. Esto se traduce en una creciente preocupación entre la ciudadanía, que ve en la violencia y el narcotráfico como los problemas más graves del país.
A pesar de los logros en varios frentes, el gobierno de López Obrador es evaluado con un promedio de 8,2 sobre 10 por la población. Sin embargo, su éxito se ve empañado por la percepción de que la inseguridad es el principal obstáculo que enfrenta la nación. A medida que Claudia Sheinbaum toma el relevo, se espera que su enfoque esté centrado en abordar este reto que sigue siendo prioritario para el electorate, así como en consolidar los avances que han caracterizado el último mandato.