Parálisis facial: su origen, síntomas y otros factores

El estilo de vida competitivo marcado por el estrés laboral, sumado a alguna patología, muchas veces provoca un decaimiento del bienestar general. Además, puede derivar en serios problemas de salud como lo es una parálisis facial. En esta nota te contamos el origen y las señales de alerta a las que se debe prestar atención.
Parálisis facial y sus orígenes
La neuróloga detalla que la parálisis facial puede tener múltiples orígenes y, que entre las causas más frecuentes se encuentran:
- Parálisis de Bell: de origen idiopático (sin causa clara), aunque se sospecha un vínculo con virus como el herpes simple.
- Infecciones virales: como herpes zóster (síndrome de Ramsay Hunt), citomegalovirus o mononucleosis.
- Traumatismos: golpes en el cráneo o cirugías que afecten el trayecto del nervio facial.
- Tumores: que compriman el nervio facial, como el neuroma del acústico.
- Accidente cerebrovascular (ACV): en este caso, la parálisis facial suele acompañarse de otros síntomas neurológicos.
- Enfermedades autoinmunes: como la sarcoidosis o el síndrome de Guillain-Barré.
- Enfermedades metabólicas: como la diabetes, que puede predisponer a lesiones del nervio.
Síntomas que alertan sobre una parálisis facial
La especialista indicó que los síntomas previos a una parálisis facial suelen aparecer de forma súbita, por lo que pidió estar atentos. Según dijo, las señales de alerta dependen de la causa, mencionando por ejemplo la asimetría facial o caída de un lado de la cara, dificultad para cerrar el ojo del lado afectado, pérdida del pliegue nasolabial, alteración del gusto, lagrimeo o salivación y, en algunos casos, dolor alrededor del oído.
“Estos casos pueden afectar a personas de cualquier edad, pero es más frecuente en adultos entre 20 y 60 años, especialmente en parálisis de Bell. También en niños suele estar asociada a infecciones virales o trauma y, en los adultos mayores, puede estar relacionado a enfermedades vasculares o tumores”, detalló Fleitas.
Estos son los tratamientos disponibles
- Corticoides (prednisona): en parálisis de Bell, iniciados idealmente dentro de las primeras 72 horas.
- Antivirales: si se sospecha un origen viral (como herpes).
- Fisioterapia facial: para mantener el tono muscular y prevenir contracturas el cuidado ocular.
- Lágrimas artificiales y parche nocturno: si hay dificultad para cerrar el ojo.
- Tratamiento específico: en casos de tumores, ACV u otras enfermedades de base.
La especialista aseguró que en la mayoría de los casos, principalmente si se trata de parálisis de Bell, la recuperación es pocos meses y en algunos casos incluso en pocas semanas. Sin embargo, afirmó que a veces, un pequeño porcentaje de los pacientes con parálisis facial, queda con secuelas.