Radio y televisión de Castilla y León inician huelga en Seminci.

Radio y televisión de Castilla y León inician huelga en Seminci.
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Protestas en Castilla y León: trabajadores de televisión regional llevan a cabo una huelga por mejoras laborales

La plantilla de la radio y televisión regional de Castilla y León ha iniciado una huelga para reclamar mejores condiciones laborales, siendo esta la segunda protesta en un mes. Esta huelga se lleva a cabo en un momento crítico, coincidiendo con la inauguración del Festival de Cine Seminci de Valladolid, un evento que tradicionalmente recibe una amplia cobertura por parte de este medio. La concentración, programada para la tarde del viernes, tiene como objetivo visibilizar sus demandas ante ciudadanos y figuras del mundo del cine y la política.

Los actos de descontento se han manifestado en diversas concentraciones frente a las sedes de la radio y televisión autonómicas, donde decenas de empleados han salido a expresar su indignación. El Teatro Calderón de Valladolid se ha convertido en el epicentro de esta protesta, ya que allí se congregará un importante número de personas debido a la inauguración del festival. Durante la primera jornada de huelga, el 3 de octubre, la escasa cobertura informativa durante la inauguración de la nueva temporada de la televisión autonómica evidenció la magnitud de la protesta, con apenas un puñado de profesionales cubriendo los eventos previstos.

Uno de los principales portavoces de los trabajadores, Marcos Sacristán, del comité de empresa, critica las escasas propuestas salariales que han recibido durante las negociaciones con la dirección. En efecto, en nueve meses, el aumento salarial ofrecido ha sido del 1,5%, lo que resulta insatisfactorio para una mayoría de empleados que enfrentan salarios promedios que oscilan entre los 1,200 y 1,400 euros, independientemente de su experiencia o formación. Además, los trabajadores manifiestan sus preocupaciones por los turnos partidos y las condiciones laborales, que dificultan la conciliación de su vida personal y profesional.

Por su parte, Jorge Losada, director general de Televisión de Castilla y León, sostiene que no ha habido comunicación efectiva entre los sindicatos y la empresa. En una reciente declaración, recordó que antes del inicio de la huelga se habían acordado ciertos términos que fueron rechazados en votación por la plantilla. La propuesta incluía un pago único de 500 euros en el primer año y 850 euros en el segundo, lo cual fue considerado insuficiente por los trabajadores, quienes argumentan que las cifras adicionales de 35,71 y 60,71 euros mensuales no compensan la carga laboral existente.

Los trabajadores también expresan su descontento por el carácter privado del servicio público que presta la televisión autonómica. Actualmente, dos conglomerados mediáticos, asociados a intereses empresariales del sector de la construcción y vinculados al Partido Popular, son los encargados de su funcionamiento. Cada año, la corporación recibe 21,3 millones de euros en subvenciones públicas, lo que genera un profundo desacuerdo entre los empleados, quienes consideran que esta situación debería garantizar mejores condiciones laborales y salarios más altos.

El gobierno de la Junta de Castilla y León ha intentado deslindar responsabilidades en este conflicto, al considerar que se trata de una disputa entre una empresa y sus trabajadores, independiente de la intervención del Ejecutivo regional. Sin embargo, este argumento no logra calmar el ambiente de descontento que rodea a los empleados, quienes sienten que sus reivindicaciones no están siendo debidamente escuchadas ni atendidas.

La situación ha escalado a un nivel tal que Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras, ha decidido unirse a las protestas y asistir a la manifestación programada para el viernes por la tarde. Sordo, quien tiene lazos familiares en Valladolid, ha mostrado su apoyo a los trabajadores, reiterando la importancia de reconocer sus derechos laborales y la necesidad de mejorar las condiciones en las que se desenvuelven.

En un contexto donde la cultura y la política se entrelazan, la huelga de los trabajadores de la televisión autonómica de Castilla y León no solo pone de relieve la lucha por reivindicaciones laborales justas, sino que también destaca el papel fundamental que los medios públicos deben jugar en la sociedad. Las autoridades locales y regionales ahora se encuentran en una encrucijada, enfrentando la presión tanto de los empleados impulsados por su necesidad de cambios significativos como de la opinión pública que demanda un servicio más transparente y adecuado a las expectativas de la ciudadanía.


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