Trump plantea aranceles del 100% a vehículos mexicanos en elecciones.
Donald Trump, expresidente de Estados Unidos y actual candidato republicano para las elecciones de 2024, intensificó su discurso proteccionista al anunciar planes para imponer aranceles del 100% a los automóviles importados desde México. En un evento llevado a cabo el martes en Savannah, Georgia, Trump subrayó su predilección por transformar la industria automotriz estadounidense, instando a los fabricantes extranjeros a establecer plantas en territorio estadounidense para evitar estas tarifas.
Durante su intervención, Trump aseguró que el único camino para los fabricantes automotrices para evitar estos aranceles sería construir y operar sus plantas en Estados Unidos. «Quiero que las empresas automovilísticas alemanas se conviertan en empresas automovilísticas estadounidenses», afirmó, haciendo hincapié en su deseo de que las marcas establezcan su producción en el país. Esta política, que busca repatriar la producción, también afecta a fabricantes extranjeros como BMW, Volkswagen y Toyota, que mantienen una fuerte presencia en el mercado estadounidense.
Sin embargo, Trump no fue específico sobre cómo se implementarían estas propuestas. En ocasiones anteriores, había mencionado la posibilidad de imponer tarifas a los vehículos importados de empresas chinas que producen en México, pero esta vez parece haberse ampliado su enfoque a cualquier automóvil que cruce la frontera. Además, el exmandatario anunció que de ser electo nuevamente, prevé aplicar tarifas adicionales sobre todas las importaciones extranjeras, incluido un posible 60% para las originarias de China.
En un tono agresivo, Trump también se dirigió a la empresa John Deere, amenazando con un arancel del 200% si decide trasladar parte de su producción a México. Esta compañía, un emblema de la industria agrícola estadounidense, ha considerado la opción de mover operaciones al país vecino en busca de menores costos laborales. En su discurso en Smithton, Pensilvania, advirtió a John Deere sobre las consecuencias de esta decisión, reiterando que su objetivo es proteger los puestos de trabajo estadounidenses.
Desde que dejó la Casa Blanca, Trump ha continuado promoviendo su agenda proteccionista, la cual incluye recortes impositivos para empresas que decidan producir en Estados Unidos. En un discurso reciente, sugirió reducir el impuesto corporativo del 21% al 15% para incentivar la producción local. Sin embargo, el expresidente reconoció que para implementar cambios fiscales significativos, necesitaría el respaldo de una mayoría republicana en ambos lados del Congreso.
Contrario a sus afirmaciones, la administración Trump enfrentó críticas sobre la efectividad de su política industrial durante su mandato, donde se registraron pérdidas de empleos en el sector manufacturero. A pesar de ello, Trump prometió un «renacimiento industrial», un concepto que ya ha sido explorado por su sucesor, Joe Biden, quien también ha aplicado políticas proteccionistas y ha lanzado iniciativas económicas que favorecen a la industria local.
Trump declaró: «Bajo mi liderazgo, vamos a quitarles empleos a otros países». Este enfoque radical ha marcado un giro en la tradición republicana del libre comercio, proponiendo un nuevo modelo económico que se basa en tarifas elevadas para productos importados. Muchos analistas advierten que esta estrategia podría resultar en precios más altos para los consumidores y conflictos comerciales con otras naciones.
El discurso de Trump refleja una creciente tensión en el ámbito político y económico, donde la protección de la industria nacional se ha convertido en un tema crucial a medida que se acercan las elecciones. El exmandatario continúa apelando a los sentimientos nacionalistas y promete rescatar a la clase trabajadora a través de medidas drásticas que, según él, se traducirían en un auge de la economía estadounidense.